En verano, con el calor y las vacaciones, tendemos a buscar platos fríos y fáciles de preparar, pero que sean muy nutritivos, para poder mantener nuestro nivel de vitalidad. Una de las mejores opciones para tener una dieta sana, es recurrir a las conservas de pescado.
Si sabemos sacarles provecho, las conservas nos permiten comer bien, por poco dinero,y de manera rápida, eficaz y saludable.
La verdad es que las conservas de pescado tienen enormes ventajas en la cocina: su sabor, su precio, su aportación nutricional y su versatilidad a la hora de hacer cualquier preparación, fría o caliente. Tan solo debemos tener en cuenta que tienen muchas proteínas y grasas, por lo que va bien que las combinemos con alimentos bajos en grasas, ricos en hidratos de carbono y en fibra; es decir, pastas, arroces, legumbres o patatas, y que las consumamos dos o tres veces a la semana.
Algunas de las ventajas nutricionales de las conservas de pescado son:
• Su aporte en calcio, hierro, fósforo y magnesio. En el caso de la sardina, el tratamiento térmico triplica el contenido de calcio, ya que al incluir la espina, ésta se ablanda y su calcio pasa de la espina a la carne.
• Su riqueza en vitaminas A, D y B, que se mantienen protegidas por el recipiente metálico.
• Su aporte de ácidos grasos Omega-3.
• Su riqueza en vitaminas A, D y B, que se mantienen protegidas por el recipiente metálico.
• Su aporte de ácidos grasos Omega-3.
Además, merece la pena destacar que el pescado en conserva nos permite digerir mucho mejor las proteínas que tomamos, ya que el efecto del calor de la cocción, hace que las proteínas y los almidones se hidrolicen, lo que facilita su digestión. Así, también aprovechamos mejor los nutrientes contenidos en estos alimentos.
Foto: Conservas Blasan
Vía: Sanamente.com