La escasez de sardina y el fin de la campaña de bocarte marca el inicio del verano para los barcos que operan en el puerto pesquero.
La flota entró ya de lleno en la costera de bonito a la espera de un repunte en los precios que está logrando esta especie en las subastas en las lonjas. La escasez de sardina con respecto a años anteriores o el fin de la campaña de bocarte ha llevado a que «la práctica totalidad de todos los barcos de tipo mediano o grande» hayan decidido sumarse a la temporada de bonito.
Así lo expuso el patrón mayor de la Cofradía, Jesús Galindo, quien señaló que, por el momento, el volumen de capturas está siendo aceptable mientras que los precios se están manteniendo «en niveles similares a los del pasado año». De hecho, en las últimas subastas el precio medio se ha mantenido en el entorno de los cuatro euros por kilo.
A estas alturas de la costera, los barcos se están aún encontrando las capturas «muy al norte, a la altura casi de Irlanda», lo que propicia que los boniteros del Cantábrico se estén encontrando ya con «la competencia de los pelágicos», aunque también de «los de tanqueo», indica Galindo.
De hecho, en el puerto de El Musel se produjo ayer la primera subasta de bonito capturado en la presente temporada a la modalidad de tanqueo o cebo vivo, arte utilizado fundamentalmente por boniteros vascos y cántabros. La entrada de bonito capturado con esta arte -en vez de al curricán o cacea-, viene además a anunciar la llegada de esta especie a las proximidades del golfo de Vizcaya, toda vez que estos barcos no pueden alejarse del mismo modo que la mayoría de los que lo hacen al curricán.
Así pues, la flota confía en que el desarrollo de la costera permita recuperar de algún modo la merma de las capturas de otras especies como la sardina. De hecho, el pasado mes de junio se subastaron en la lonja avilesina apenas 45.000 kilos de esta especie, lo que supone prácticamente la tercera parte de lo que se había descargado en el mismo mes del pasado ejercicio.
Entonces, las subastas de parrocha y sardina supusieron casi el 10% de la facturación de la lonja, a un precio medio de 1,83 euros el kilo. El pasado mes, sin embargo, ese porcentaje se redujo hasta el 4,7% y el precio medio se mantuvo en los 1,82 euros por kilo.
«Además, esta año también está siendo muy floja la pesca de chicharrín, mientras que la bajura sigue tirando de la merluza», indica el patrón mayor de la Cofradía acerca del panorama del sector pesquero avilesino a estas alturas del verano.
Esa situación hizo que, el mes pasado, el bonito se convirtiera con diferencia en la primera especie en importancia comercial en la rula, por encima de la merluza. Así, los 72.670 kilos subastados, a un precio medio cercano a los 7 euros, supusieron el 29% de la facturación de la lonja, mientras que los casi 118.000 kilos de merluza subastada, a 3,05 euros por kilo de media, apenas superaron el 20,4% de la facturación.
En el mismo mes del año pasado, la diferencia entre ambas especies fue menor, y mientras el bonito suponía el 27% de la facturación -con ventas a un precio medio de 6 euros-, la merluza superaba el 25%.
La tercera especie con mayor importancia comercial en la rula el mes pasado fue el abril, con la subasta de 135.000 kilos a un precio medio de 88 céntimos el kilo, lo que supuso el 6,76% de la facturación. Estuvo seguido del chicharrín, del que se vendieron 113.000 kilos a 83 céntimos el kilo, por lo que aportó el 5,35% de las ventas.